
Gabriel Vizental: “Sostenible es sinónimo de eficiente, no de caro”
Gabriela Vizental es periodista, docente y comunicadora especializada en temas
científicos y ambientales. Desde hace más de dos décadas trabaja para visibilizar la
agenda de la sostenibilidad, tanto en medios tradicionales como en nuevas
plataformas. Lo hace desde la convicción y la acción concreta: actualmente integra
una consultora pionera que busca medir y reducir la huella de carbono de las
producciones audiovisuales. Alumna del programa “La sostenibilidad en el centro de
la toma de decisiones”, de la Fundación Instituto de Investigación y Educación
Económica (I+E) nos cuenta su recorrido y el rol clave que los medios tradicionales
deben asumir.
“Si vos le preguntas a las personas sobre sostenibilidad te van a decir que les interesa.
Pero no es prioridad. Y para los gerentes de medios, no hay presupuesto, no hay tiempo, no
hay espacio”, afirma Gabriela Vizental, periodista especializada en ciencia y ambiente y
alumna del programa “La sostenibilidad en el centro de la toma de decisiones”, de la
Fundación Instituto de Investigación y Educación Económica (I+E). Gabriela entiende las
dificultades que muchas veces genera la coyuntura para instalar ciertos temas en la
agenda, pero también sabe cómo sortearlas. En la actualidad, desde ciertos sectores la
sostenibilidad o la agenda 2030 es referenciada negativamente y eso también se convierte
en una oportunidad. “Una tira del piolín donde puede para hablar de la agenda”.
Luego de tantos años en el medio y de dar clases en la facultad, Gabriela decidió también
pasar a la acción e incursionó en la industria audiovisual para intentar concientizar y ayudar
a las producciones a filmar sosteniblemente.
Consultora pionera en sostenibilidad audiovisual
Gabriela es parte de Filmar Verde, una consultora integrada por cuatro cinco mujeres que
busca promover prácticas sostenibles en la industria audiovisual. El objetivo: que las
producciones que se hacen en esa industria midan su huella de carbono y trabajen
activamente para reducirla.
“Estamos desarrollando un plan de sostenibilidad para una película que se filma en Jujuy,
Es una experiencia piloto, pero marca un camino”, cuenta. La película es una coproducción
con España, donde ya es obligatorio presentar la huella de carbono de los contenidos
audiovisuales.
La consultora trabaja sobre los distintos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en
especial Acción por el Clima, Igualdad de Género, Producción y Consumo responsable,
Trabajo decente y crecimiento económico y Alianzas para lograr los objetivos. “Por ejemplo,
en el área de vestuario, se promueve alquilar en vez de producir prendas nuevas. Si se
fabrican, deben poder reutilizarse. Lo mismo con maquillaje, catering, movilidad. Cada ítem
se piensa con lógica de reducción del impacto”, explica.
Una vez recopilados los datos, se usan herramientas como una calculadora de carbono
para medir el impacto total de la producción. Luego, se propone una estrategia de
compensación: plantaciones, convenios con ONGs, capacitaciones, etc.
“No queremos decir que somos las primeras en ofrecer la gestión en producción sostenible
en Argentina porque hay otros antecedentes, pero sí somos parte de una de las primeras
experiencias sistematizadas”, aclara Vizental. Y agrega: “Estamos aprendiendo todos: las
productoras, los técnicos, los directores. Lo importante es dejar capacidad instalada”.
La investigación subraya que avanzar hacia un Estado inteligente y ágil requiere tres pasos clave: definir una estrategia nacional de gobernanza de datos con liderazgo claro, actualizar y ordenar el marco normativo, y fortalecer las capacidades del sector público para aprovechar la cuarta revolución digital.
Más allá del caso argentino, estas reflexiones ofrecen enseñanzas para toda América
Latina, donde la digitalización avanza de manera desigual. Promover la interoperabilidad entre
niveles de gobierno, impulsar la cooperación entre Estado, sector privado y academia, y
garantizar un uso ético y seguro de los datos será determinante para que la región transforme
este recurso en un verdadero activo al servicio de la ciudadanía.
Sin legislación, pero con interés genuino
A diferencia del contexto europeo, donde las normativas ya exigen reportes de impacto
ambiental en distintas industrias, en Argentina no existen todavía regulaciones que obliguen
a las producciones culturales a medir su huella. Sin embargo, Vizental rescata algo clave:
“El interés de los actores del sector es altísimo. Cuando les contamos el proyecto, se
engancharon todos. Vestuario, maquillaje, logística. Hay ganas de hacerlo bien”.
Esa predisposición, sin embargo, tropieza con una barrera estructural: la falta de
financiamiento y de políticas públicas. “En Argentina no hay obligación de reportar. Y en la
industria todavía no interesa medir la huella de carbono. Ni siquiera los productos de
consumo masivo informan su impacto ambiental en las etiquetas. Solo hablan de salud”.
La periodista es contundente: “El Estado es imprescindible. No puede haber transición
energética ni cultural sin planificación pública. Para poner una turbina eólica necesitas
conectarte a una red. Y esa red tiene que estar instalada por el Estado. Sin el Estado
presente y activo, no hay escala posible”.
Si bien el interés es genuino y como dice Gabriela, “en Argentina el bichito ya picó, ya hay
empleos verdes y se ha avanzado bastante en cuestiones de género”. En este contexto es
importante que haya una legislación que acompañe y fomente el cambio estructural. Esto,
remarca Gabriela, es clave para potenciar la transformación hacia un modelo sostenible.
Lo sostenible no es solo posible: es más barato
Uno de los grandes prejuicios que rodea a la sostenibilidad es su presunto alto costo.
Vizental lo desarma con datos: “En los rodajes está demostramos que, si reemplazas las
botellitas de agua por bidones grandes y cantimploras personales, es más económico. Lo
mismo con movilidad, vestuario, iluminación y gestión de residuos. Sostenible no es
sinónimo de caro. Es sinónimo de eficiente”.
Para ella, hay una confusión instalada que proviene de la lógica del greenwashing y de
ciertos discursos elitistas. “Hay productos orgánicos que son más caros, sí. Pero no por su
proceso, sino por cómo se insertan en el mercado. La verdura del bolsón orgánico es la
misma que en otros lugares, pero si la vendés en Palermo, vale el doble. Ahí hay una lógica
de rentabilidad, no de sostenibilidad”.
La comunicación juega un rol clave también “Muchas veces las empresas aplican planes de
sostenibilidad en sus productos, pero no los saben difundir para el público masivo”.
La trampa de los influencers y el rol del periodismo serio
En tiempos de clicks y views, la divulgación tiene un reto muy importante, evitar la pérdida
de rigor en busca de masividad. En esa pelea, el rol que ocupan los directores de medios en
dar espacio a quiénes mantienen la rigurosidad es clave. Muchos de los que están en las
redes sociales no son periodistas afirma Gabriela y explica: “Comunican sin fuentes, sin
chequeo, sin contexto. Y muchos medios tradicionales los toman como referencia. Eso es
peligroso”.
Siguen siendo importantes las bases de un periodismo serio: información chequeada y
fidedigna. “En temas sensibles como la sostenibilidad o el cambio climático la
desinformación puede generar confusión, apatía. Hay que volver a la fuente. A la seriedad.
A la evidencia”, señala.
Medios, educación y propósito: ¿cómo seguir?
Además de su trabajo en la consultora y en la radio, Vizental da clases en una universidad.
Y aunque está algo desencantada con el periodismo, sigue apostando a sembrar
conocimiento. “Si de una charla con 30 pibes, a tres les queda algo, ya está. Hay que abrir
caminos, aunque después se sequen”.
Cree que los nuevos medios, bien usados, son una oportunidad. “Pero hay que formar a
quienes los usan. Si la comunicación no tiene propósito, no sirve. Si el propósito es el rating,
estamos perdidos”.
“No se trata de ser buenos ni de vestirnos de verde. Se trata de mostrar que es posible, que
es medible, que es más económico y que tiene impacto positivo. La sostenibilidad no es
una moda. Es el único camino posible”, cierra Gabriela.



